viernes, 23 de enero de 2009

Quinto día

Desafiando la tormenta, sin siquiera el calor de una hoguera, forcejeando con guardaespaldas de (reprimidos) dictadores y destituyendo dirigentes de repúblicas bananeras, escapando de la tortura más por los pelos que de otra manera, sin suerte ni perro que me ladre, inventándome biografías de héroe de novelita de quiosco, así, sin más, despierto. Al quinto día.

Llueve viento helado, que el agua no se atreve, y hace buena noche siempre que no te coja al raso. Todavía no ha llegado la hora, la medianoche, pero faltan ya, nada más, que veintiseis minutos, y éso lo sé porque mi reloj es digital, que si no a cuenta de qué, media hora y tan frescos. A los relojes digitales se les han caído las agujas, a lo mejor ya estaban maduras.

Como el que viaja a lomos de una yegua sombría... así canta Sabina, y me gusta tanto que lo plagio a cada rato, sin excusa ni sombra de remordimiento. Ojalá yo pudiera empezar con una frase que no abuse del subordinado, pero se me alargan y no encuentran el final. Las palabras no tienen vida propia, que no te engañen, son cadáveres, títeres, guiñoles, o tal vez zombies. Las palabras no son más que los tornillos que atan las frases, como la de Sabina. O como las mías, pero menos.

¿Te he dicho que es el quinto día? Pero en el trayecto se nos perdió uno. Y qué más dará, si no hay quien lea ésto, y si lo hay, se esconde entre las ruedas del molino. Un molino a ruedas, qué risa. Los que yo conozco no se mueven ni aunque les embista Don Quijote. A ver si se hicieron pasar por gigantes, y merecido lo tendrían, que con lanza y todo les dió pal pelo. O le dieron ellos, sí, probablemente.

Un quinto es un botellin de cerveza. Porque no hay quintos que no sean de cerveza, y si los ahí son impostores. Al César lo que es del César, o sea, las perras, la plata. Hablar en plata es decir las cosas claras, pero la plata se ensucia, como el dinero que todo lo enturbia, menos mis bolsillos, que siguen vacíos.

Qué tontería, y no estoy borracho, que ya dejé de beber. Ahora sólo Coca-Cola, que es negra, como Obama. La cerveza es rubia, y tiene el culo frío.

Don Quijote no bebía, y cuando lo hacía, sólo vino tinto, pero que no sea un Rioja, que ya estoy un poco harto de tanta Rioja Alavesa, búscate otro, será por denominaciones de origen.

Yo sé escribir, pero se me ha olvidado como se lee. Por éso a veces lo que digo no se entiende, y otras lo que entiendo no se dice. Los quintos iban a hacer la mili, y los de mi quinta, tienen más o menos los mismos veranos que un servidor, aunque a uno que yo me sé le falten un par de hervores.

Obama no tiene mucha acercanza con Don Quijote, de no ser la que les queda aquí en esta frase, apenas cinco palabras entre uno y otro. Obama bebe Coca-Cola y Don Quijote un Ribera del Duero. Tal vez les vendría bien cambiarse las bebidas, pero ya sabes, no es bueno mezclar. Obama ya juró el cargo, y tres millones de personas acudieron a la cita. Son muchos como para invitar a una cerveza, por muy rubia y muy frio que tenga el culo. A lo mejor preferían una Coca-Cola, y unas olivas, digo yo, pero no me hagas mucho caso, rubia.

4 comentarios:

  1. Y al sexto te leí en esa mescolanza de frases sueltas ingeniosamente enlazadas.
    Solo una cosa,las palabras, esos tornillos que atan frases,si tienen vida, perpetua vida cuando se opta por dejarlas escritas...
    Un saludito....

    ResponderEliminar
  2. Quizás tienes razón y las palabras están vivas, pero tan sobrevaloradas, que deberíamos escribir sin ellas.

    Un saludo a ti.

    ResponderEliminar
  3. Entonces...
    "Destruyamos los nombres.
    Quememos de una vez los adjetivos.
    Antes que la palabra fue el silencio,
    el escozor, el grito maniatado.

    Hoy quiero prescindir de las palabras
    y hacer ese poema ardiente y puro
    que queme en su blancura.

    Blanco en lo blanco: una huella casi
    de amor en la cuartilla.
    Ni dudosos pronombres
    ni adverbios prolongados y remotos.
    Acabemos, amigos.

    ¿Quién leerá, cerrando bien los ojos,
    este largo poema sin palabras?"
    (Francisco Garfias)

    Un saludo y seguiré leyendo hacia atrás

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias Jose. Casi pierdo tu comentario.

    ResponderEliminar