miércoles, 28 de enero de 2009

Esperando a Teseo

El Minotauro se llama Paco y el pobre lleva ya un rato largo esperando a Teseo, para jugarse las cañas al parchis, pero el chaval se ha enredado en el hilo de Ariadna, y ella no va a dejar escaparse tan buen partido, que está harta de tanto héroe griego llendo de aquí para allí y si te he visto no me acuerdo. Claro, con la excusa de que Homero está siempre pendiente, todos disimulan con tal de salir en la foto.

Ahora, si eres ateo, puedes hacer publicidad en los autobuses, fíjate a donde hemos llegado. Paco (el minotauro, sí) ya pondría un anuncio, en un autobús o donde se tercie, que le falta compañía, y un amigo puntual tampoco vendría tan a desamano. Pero con tanto laberinto da pereza, mejor mañana. Los minotauros no son ateos, tan sólo hay algunos dioses en los que no terminan de creer, pero del resto son tan fervorosos como el que más. Los minotauros tampoco viajan mucho en autobús, que son más de estirar las piernas.

Cuánto te hablo de Dios y cuánto hablo del tiempo y cómo tarda tanto y tan poco en pasar. Tiene gracia, porque yo leo la hora en el reloj del microondas y quizás por éso los minutos me dan hambre. De Dios tampoco sé muy bien que decirte: últimamente no tenemos mucha acercanza. A ver si un día quedamos para tomarnos unas cañas él y yo, y llamamos a los colegas, al Teseo y al Paco, y que se venga Homero, que la vamos a liar.

Pero no adelentemos acontecimientos, primero que llegue Teseo, que el Minotauro se está quedando dormido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario