martes, 31 de marzo de 2009

Hoy no llueve (prohibido quejarse)

Hoy no llueve y tengo prohibido quejarme, así que haré tiempo contemplando esta noche sin estrellas. Yo que nunca he aprendido a distinguir las constelaciones, y les invento nombres a mi antojo, aquí me encuentra mirando este manto negro.

Y no veo nada...

lunes, 30 de marzo de 2009

Tú que me lees y piensas que...

Tú que me lees y piensas que soy una persona espiritual y sensible, cuánto te equivocas. Se ve que no te asomaste al borde ensangrentado de mi alma oscura.

Tú que me hablas y piensas que encontraste a alguien equilibrado y responsable, qué error cometes. No me conocistes cuando la noche me cegaba, en esas madrugadas en las que el mañana apunto estuvo de no presentarse.

Tú que me amas, y confias plenamente en mi, y no me crees cuando te digo que mi espíritu está tachonado de espinas, que mi alma está negra como la noche, como la muerte más solitaria...

Y sólo entonces, porque tú crees en mi, empiezo a vislumbrar la claridad que se filtra en este amanecer.

Porque tú posas tu mano en la mía y te niegas a soltarla, comienzo a olvidar las noches solitarias sin fin.

Porque tú lloras mis males junto a mi, tus lágrimas se hacen lluvia que limpian las riberas de mi alma.

Y escribo estas líneas, y tú me lees y piensas que soy una persona espiritual y sensible, y me hablas, y crees que soy alguien equilibrado y responsable. Y yo te digo: Tú que me lees y piensas...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Yo. Tú.

Yo. Tú. Silencio en esta noche antigua como el tiempo.

Yo y tú, abrazados en esta oscuridad de luna menguante, miro tu cara pero apenas te presiento.

Tú y yo, la noche nos arropa, te siento cerca y tan lejos. Estás aquí conmigo, pero también en tu jardin secreto.

Tu piel en la punta de mis dedos, y las preguntas quedan para mañana, o simplemente quedan lejos.

Tú, yo y esta noche, y este silencio, y esta ausencia de preguntas, y tu jardin secreto, y tu piel en la punta de mis dedos. Y esta falta del verbo.

¿Estás aquí conmigo o te perdiste entre los sueños?

martes, 24 de marzo de 2009

"Desierto" y "Al final"

Aunque se me olvidó hace tiempo cómo hacer poesía, rescato dos intentos más o menos recientes, que he retocado un poco.

Desierto

Desierto de tus ojos,
hoy, que apenas me encuentro.

Abandono tu boca,
hoy, que es aún tan temprano;
hoy que entre tus labios
no perdí la apuesta del todo,
que sigo buscando tu mirada
y el leve roce de tu mano.

Hoy, que para siempre es poco
(Hoy desierto de tus ojos,
hoy me olvidé de mirarlos)

Al final

Al final sólo tú y yo,
aquí en esta habitación,
sin artificios que nos separen,
desnudos y confiados
(aparcados nuestros miedos).


Al final, sólo tú y sólo yo.


O es tal vez el principio,
en esta habitación,
mi piel,
tu piel,
mis besos,
tus besos.


Al final,
(al principio)
acariciarte despacio,
acallar tus suspiros
velar tu sueño.

Al final, tú y yo, en esta habitación.

domingo, 22 de marzo de 2009

Más apuntes (sin sentido?)

El amor es mujer (le traiciona el artículo), y viste de gasa blanca. Su vestido vaporoso flota en estudiada ausencia. La pasión viste de hiriente rojo, de sangre, de labios ardientes. La pasión y el amor tienen los artículos intercambiados, y se quieren cada uno a su manera.

Yo voy de negro, y a veces me envuelvo en ti como bandera (el negro de tu pelo, el blanco de tu piel, el verde de tu mirada, el rojo de tu boca). Con tantos colores pintaremos un arco iris de corta y pega.

La pasión y el amor no siempre duran lo mismo, y se van desgastando poco a poco, a base de besos y miradas. La pasión dura lo que tarda la primavera en olvidarse, pero el amor se va haciendo de rogar, y le cuesta abandonar mi piel.

Tú te metes bajo mi piel, y yo bajo la tuya, y nos buscamos la pasión y el amor por los rincones de nuestros cuerpos. Cuando los encontramos estallamos en aquella cosa de nombre prohibido, y volvemos a empezar si es que aguanta la noche.

Los nombres no se deben prohibir, pero hay palabras y palabros. Orgasmo suena a pecado, pero yo no soy un santo, y tú ya eres pastorcita en este belén.

La lujuria y la pasión se conocen desde hace algún tiempo, pero yo prefiero el amor para las distancias largas. Para la cercanía prefiero los besos que nos damos cuando se hunde el mundo a nuestros pies.

Un beso debe ser lento, apenas rozándose nuestros labios, parado el tiempo, detenido el instante eterno en el que tu alma y la mía se equivocaron de estación y quedaron atadas la una a la otra. La pasión todavía no acaba su primavera y el amor apenas está cogiendo empuje. Prepara la brocha que vamos a por otro arco iris.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Apuntes sin sentido

Siento la angustia en el paladar, y la realidad como de cartón piedra. ¿Y si me equivoqué después de todo, y sigo dormido? ¿Desde cuándo?

Te soñé si no exististe, y apenas me resiento.

Si no hay cielo, ya habrá purgatorio donde echar un mus.

Frases sueltas, coge aguja e hilo, y no te olvides el dedal. Tú cogelas por la cabeza y yo por la cola, y aunque sea con pegamento las unimos...

Si no hay cielo, ya habrá purgatorio donde echar un mus, que yo de aquí no me muevo si no estoy a tu vera, ya sabes lo que dijo algún poeta maldito: "si no existieras te soñaría", que si no existieras, yo me volvería a la cama, a seguir con tu sonrisa.

Despierto en la mañana y siento la angustia en el paladar, palpo alrededor y siento por un momento la realidad como de cartón piedra. Pero estás a mi lado, y a lo mejor sueño que despierto por la mañana, y digo: "Te soñé si no exististe, y apenas me resiento".

¿Pero qué significa?

No sé, son frases sueltas, vamos a unirlas a ver donde nos llevan. Coge la grapadora y el imperdible (no ése no, que lo extravié ayer cuando jugaba al mus), y vamos a plancharlas antes, que ya se arrugan.

Si hay purgatorio, entonces ¿por dónde queda el cielo? Haremos autoestop, tú delante que a ti te paran. ¡Basta, no tiene sentido!, despierta, es una pesadilla.

Si no hay cielo, tú coge apuntes, que ya nos construimos uno aunque sea pequeñito.

Aprendo deprisa, pero con pausa, y ya los cielos me salen pintiparados. Nos haremos ahora un purgatorio para pasar el puente. Yo a tu vera, ya sabes, de tu mano y no me vayas a soltar.

No es una pesadilla, es un sueño pero no es de los de susto...


Nota: Perdón pero estoy un poco tonto hoy.

domingo, 15 de marzo de 2009

Soy

Soy un solitario, un antisocial patológico, el chico tímido del rincón en la fiesta del siglo, el compañero de trabajo callado y taciturno.

Soy un amigo fiel, soy un amante entregado, soy un padre cariñoso, soy una buena persona.

Soy un rebelde sin causa, soy un pistolero con historia y muchas muescas en su revólver, soy un soldado sin munición en retirada, corriendo por su vida.

Soy una llama en este incendio, soy la espuma en la ola del mar embravecido, soy la sangre en tus venas.

Soy una placa tectónica, soy un superhéroe venido a menos, soy un pirata con barco empeñado, soy un judío en Nuremberg.

Soy el aliento de tus besos, soy el tacto de tus dedos en mi espalda, soy mi boca entre tus piernas.

Soy el dios de los que no creen, soy el que volvió de los infiernos, soy la negación de la palabra.

Soy diez mil personas, veinte mil cosas, treinta mil lugares. Soy setenta veces siete otro distinto, soy quien quieras que sea, pero dilo.

Soy joven, viejo, delgado, grueso, feo, atractivo, hombre y mujer, todo a un tiempo. Tengo el mundo a mis pies. Soy el universo, soy un grano de arena, una piedra en el zapato.

Y, ya de paso, soy el que escribe estas palabras, y contigo leyendo puedo ser cualquier cosa.

sábado, 14 de marzo de 2009

Besos y caricias (cazando grillos bajo la luna)

Si rompemos este silencio, quizás se quiebre esta noche tranquila y se oculte la luna llena. Pero si se oculta la luna llena, dejaré de ser hombre lobo, y me quedaré solo en hombre.

Si alzamos un poco la voz, quizás se callen los grillos. Pero si se callan los grillos, dejaré de ser un niño con un frasco de cristal en una noche de verano, y se quedará vacío el frasco.

Si encendemos una bombilla, en esta noche de besos y caricias, quizás nos veamos las caras, y verás que perdí mi parte de lobo, y verás que en mi frasco de cristal ya no hay grillos. Y cómo volvemos entonces a los besos y las caricias, si ya no soy un hombre lobo, y si mi bote de grillos esta vacío.

Así que no rompamos el silencio, no alcemos la voz, no encendamos una bombilla. Sigamos con los besos y las caricias.

(Si tampoco era tan difícil)
.

sábado, 7 de marzo de 2009

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en el que mi alma se hundió profundamente en mi carne...

Hubo un tiempo en el que lloré lágrimas de sangre y rabia, un tiempo que se escondió y a veces aparece entre mis papeles (una canción escrita en una servilleta de papel, de la que olvidé los acordes, o un poema de rima rebelde, versos incendiarios que airearan los miedos y los disfrazaran de revolución). Hubo un tiempo que pasó más lento, que se ensimismó en mi sufrimiento con cruel cadencia. Hubo un tiempo de vino y rosas, pero sin el glamour de Hollywood, más patético que romántico, vino de garrafón y rosas de plástico.

Hubo un tiempo en el que el espejo me mentía, y mis ojos me mentían, y mis oidos me mentían, y mis palabras me mentían...

Hubo un tiempo de sed ardiente, un tiempo de infinita melancolía, de atardeceres solitarios, de confidencias a las cinco de la mañana, después de muchas cervezas y de abrir el alma de par en par. Confidencias traicionadas después por unas risas de amigotes, una amistad que se fue perdiendo, y que (aún) sigue doliendo.

Hubo un tiempo que se enquistó, y que mi morena de ojos verdes dejó que se aletargara para darle un respiro a esta existencia insegura llena de pecados todavía redimibles. Un tiempo que volverá tarde o temprano, en este ciclo inexorable de triunfos y derrotas, donde las apuestas aún están abiertas y no se atisba ganador.

Pero ahora es otro tiempo y otro lugar. Ahora no es tiempo de quejas ni de llantos, me repito, aunque a veces siento el peso del universo bajo mis hombros, tan débiles y enclenques como siempre, y me pregunto con un atisbo de lucidez, si al menos no tendré ese alivio egoísta.

Ahora que el niño duerme en su cuna, ahora que tú te has dormido con la película de sábado por la tarde en la tele, ahora que brilla el sol en la calle y entra suavemente a través de las cortinas... ahora, en este instante, soy feliz. Porque hubo otros tiempos, pero ahora es ahora. Y me asusta tanto...

Nota: La primera frase de este escrito no es mía, pero me inspiró en lo anterior. El párrafo completo del que la he extraido es el siguiente:
Hubo un tiempo en el que mi alma se hundió profundamente
en mi carne, y aunque intento recobrarla para que me cure de tener un cuerpo, no
lo consigo.

Lo escribió Loles, en su blog Te lo cuento bajito, y la entrada Ubicándome y yo me he atrevido a copiarselo, espero que me perdone.

martes, 3 de marzo de 2009

My way

Cantaba Sinatra aquella canción de canalla simpático, aquel testamento de vividor al que el próximo final le hace echar la vista atrás. Y siempre se queda en mi cabeza, durante unos días, aquellas dos líneas maravillosas: ...Regrets, I had a few/ but then again/ too few to mention (que en nuestra lengua viene a decir algo así como que: ...Por lo que arrepentirme tuve algunas cosas, pero tampoco tantas como para nombrarlas).

Pero ni soy Sinatra, ni soy canalla, y mucho menos soy simpático, y aunque espero que tarde mucho en ajustar la última cuenta de mi (tirando a pobre) existencia, tampoco pienso que pueda decir lo mismo: mis errores sí que son muchos. Pero por la misma razón, demasiados para nombrarlos.

Hay gente que dice que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho. Yo no soy de esa tribu.

Nunca he tomado una decisión creyendo desde el principio que es la errónea, ni he hecho nunca nada (o sinceramente creo no haberlo hecho) sólo por el placer de herir a alguien. Pero éso no basta. Las acciones que uno toma pueden afectar a otra persona, o a ti mismo, sin que ésa sea nuestra intención. La decisión reflexionada, y finalmente elegida puede tener un desenlace que no era el previsto... tantas cosas que pueden ir mal, tantas cosas que de hecho, han ido peor que mal.

Pero, como con las malas personas que se cruzan en tu camino y te ponen la zancadilla, terminan por hacerte más fuerte, así los errores que uno toma le hacen ser como es. Yo soy mis virtudes, pero sobre todo mis defectos. Yo soy mis aciertos, pero principalmente, soy mis fallos.

Si volviera atrás evitaría algunos errores, pero ¿qué hubiera pasado entonces?¿Estaría ahora escribiendo esta reflexión?

La vida no es más que una sucesión terrible de encuentros y desencuentros, de idas y venidas, de comienzos y, sobre todo, de retiradas. La vida es una cadena que oprime, y una piedra que nos libera de esos hierros. La vida es risa y es lágrima, a veces a la vez, a veces a destiempo. La vida es imposible, y a la vez está clarísima en qué consiste, aunque no lo entienda, aunque la entienda tanto.

Estaría bien echar la culpa a otros de todas las tristezas que nos llegan, de todo el sufrimiento que encontramos alrededor. Pero a lo mejor somos nosotros en parte los culpables. Y si es así, digo yo, que quizás tengamos la culpa de alguna que otra risa... y que tal vez en éso consiste todo.

O puede que no, tampoco me hagas mucho caso, si ya sabes que yo casi que hablo por hablar...