viernes, 13 de febrero de 2009

Nostalgia de la niñez

Hoy quiero volver a ser un niño, andar de la mano de mis padres, y balancearme mientras entre ambos me sujetan sin esfuerzo, yo con mi ropa de domingos, ellos con la sonrisa de fiesta. Quiero aprender, otra vez, a montar en bicicleta, y que mi madre sujete mi sillín y me prometa que no me va a soltar. Y que vuelva a soltarme. Quiero que, siempre ella, tiña de mercromina mis rodillas heridas de niño, mis codos, mi barbilla, que me consuele, que me limpie, que me peine, que seque mis lágrimas.

Quiero volver a pelear, en broma, con mi padre sobre la hierba verde y fresca del pasado. Quiero echar carreras con él en la playa, y que, otra vez, me deje ganar descaradamente. Quiero volver a comparar mi mano con la suya y comprobar que, aún y por siempre, es mucho más grande que la mía.

Hoy quiero retornar a la niñez, que mi madre me riña por no comerme la verdura, por correr y sudar, por mancharme, por mil pequeñas cosas, y que cuando llegue la noche, me cante aquellas canciones que nunca sonarán igual y, así, dormirme sin miedo a la oscuridad, y cuando me despierte, poder ir a su cama, acostarme entre mis padres, a salvo de todos los monstruos del otro lado del espejo, de todos los peligros y fantasmas que acosan la imaginación cuando el sol se oculta y aún eres un niño.

Hoy quiero volver a heredar la ropa de mis primos, vestir los pantalones cortos que nunca me gustaron, ir al cine con mi padre por las tardes si fuera sábado, con mi madre los domingos por la mañana. Gritar BIEEEEEEEENN cuando los payasos de la tele me pregunten cómo estoy, irme a la cama cuando la película tenga un rombo, cruzar la calle de la mano de mi padre y por el semáforo, pasarme el día en el suelo, amaestrando hormigas, capturando grillos.

Ahora que ya no puedo sentarme en las rodillas de nadie, ahora que ya no necesito que me expliquen otra vez de dónde vienen los niños, ahora que no me despierto con la misma ilusión el día de reyes, ahora que ya no me asusta mirar debajo de la cama cuando el sol se pone. Ahora que la nostalgia me ha invadido, ahora que mi alma se ha teñido de melancolía por un tiempo que se fue para siempre, ahora que sólo me consuela la ilusión de que nuestro pequeñajo sienta alguna vez esta añoranza, dentro de muchos años, y quiera recordar como hago yo ahora una época que tenía un color diferente, un olor, un sabor y un tacto distintos.

Si es así, si nuestro hijo recuerda su infancia con la mitad de esta triste alegría con la que recuerdo yo la mía, significará que no lo hicimos mal del todo. Entre tanto, déjame hundirme un poco en esta nostalgia, que ya después saldré a flote, y seguiré con mis sinsentidos.

7 comentarios:

  1. Jooo, me he sentido TOTALMENTE identificada en todo todo. Y siempre he pensado mucho en eso, si mis hijos recuerdan toda su infancia como nosotros, los pequeños detalles, olores, lugares, sensaciones... habremos triunfado.
    Pese a los problemas que se te presentan siempre con ellos, yo me voy arriba pensando que estoy consiguiendo una infancia feliz para ellos, es todo un logro, es mi pequeño gran triunfo. Lo demás le vendrá por añadidura
    Un abrazo
    Yedra

    ResponderEliminar
  2. Lo he leído con un escalofrío que me duró desde el principio hasta el final. Es exactamente una triste alegría, lo expresas muy bien. Producto de una infancia feliz y aprovechada. Más de una vez he hecho el mismo comentario... si consigo que sus recuerdos sean un poco como los míos... En ello estamos. Y habrá de todo, pero estamos en ello.
    Abrazos,

    ResponderEliminar
  3. Tienen razon ahora que tengo mi edad valoro muchas cosas pequeñas e insignificantes que nos hacian feliz

    ResponderEliminar
  4. Creo que todos los que ya somos adultos y que pasamos por una infancia feliz e inolvidable en cualquier momento de nuestra vida sentimos esa añoranza de volver a vivir esos momentos en que fuimos plenamente felices!! ver las caricaturas que nos gustaban, jugar a que eramos nuestro personaje favorito, fabricar nuestros propios juguetes usando nuestra imaginación, etc, yo tambien siento nostalgia al recordar mi infancia, eso significa que tuvimos una niñez sana y plena, ahora que veo a la mayor parte de chicos con depresiones y con problemas sociales me pongo a pensar que no hubo niñez como la nuestra, yo tengo 33. Abrazos!!!!

    ResponderEliminar
  5. Bellisimo, Que no daría por un dia de esos.... estoy plenamente feliz tengo 34 años y un marido y niño que me llenan de amor, aún así me encantaría volver un poquito el tiempo atrás solo un día y después volver a mi hermoso presente!!!!

    ResponderEliminar
  6. que bonito, ya daría yo por volver a los 4 añitos de nuevo y dejar de preocuparme por el millon de cosas de siempre...

    ResponderEliminar