Aunque se me olvidó hace tiempo cómo hacer poesía, rescato dos intentos más o menos recientes, que he retocado un poco.
Desierto
Desierto de tus ojos,
hoy, que apenas me encuentro.
hoy, que apenas me encuentro.
Abandono tu boca,
hoy, que es aún tan temprano;
hoy que entre tus labios
no perdí la apuesta del todo,
que sigo buscando tu mirada
y el leve roce de tu mano.
hoy, que es aún tan temprano;
hoy que entre tus labios
no perdí la apuesta del todo,
que sigo buscando tu mirada
y el leve roce de tu mano.
Hoy, que para siempre es poco
(Hoy desierto de tus ojos,
hoy me olvidé de mirarlos)
hoy me olvidé de mirarlos)
Al final
Al final sólo tú y yo,
aquí en esta habitación,
sin artificios que nos separen,
desnudos y confiados
(aparcados nuestros miedos).
aquí en esta habitación,
sin artificios que nos separen,
desnudos y confiados
(aparcados nuestros miedos).
Al final, sólo tú y sólo yo.
O es tal vez el principio,
en esta habitación,
mi piel,
tu piel,
mis besos,
tus besos.
Al final,
(al principio)
acariciarte despacio,
acallar tus suspiros
velar tu sueño.
Al final, tú y yo, en esta habitación.
¿De veras crees que se te olvidó? Yo leo poesía cada vez que vengo aquí.
ResponderEliminarConocía esos dos poemas de cuando empecé a venir por aquí. Me alegro de que los hayas sacado un poco más a la luz. Sigue.
Abrazos